Capitulo 2

Author: ARKAoS /


Storm se acercó lentamente al lugar donde había caído el meteorito.  Observó a todos lados sin ver rastros de los fantasmas.  El lugar estaba en completa calma lo que hacía que Storm se pusiese alerta ya que no era normal tal soledad, especialmente tan cerca de lo que él creía era el arma de su valkiria.  Nunca había visto una y en su interior sentía curiosidad por saber qué aspecto tendría o qué tipo de arma sería.

Se adentró en el cráter dejado por el impacto hasta una cueva humeante, miró a todas partes aún sin ver rastros de ningún fantasma y se introdujo en la cueva, caminó algunos metros hasta que todo estuvo oscuro y entonces lo vió, un pequeño destello rojo que se encendió hasta ocasionar una explosión que lo dejó aturdido, cuando pudo reaccionar se vió totalmente rodeado por fantasmas y, en frente, un hombre que al parecer era el líder.  Storm, en sus 700 años de vida, nunca había visto un destructor pero supuso que éste era uno, aunque no parecía tan poderoso como las historias que había escuchado todos sus sentidos se pusieron alerta;  rápidamente planeó una estrategia para conseguir escapar con vida y recuperar lo que fuera que hubiese caído en aquel lugar, se teleportaría de un lugar a otro evitando ser capturado hasta acercarse a su objetivo y luego lo tomaría para salir huyendo de allí pero sin una idea de lo que estaba buscando parte de su plan quedaba inservible.

Luego todo ocurrió demasiado rápido; el destructor se le acercó y Storm intentó alejarse de él usando su habilidad pero entonces sintió un agudo dolor en su cabeza y todo se hizo negro mientras escuchaba una fuerte carcajada.

Cuando recuperó la conciencia estaba siendo arrastrado a través del bosque, aún confuso por lo que había sucedido intentó nuevamente ponerse a salvo teleportándose pero el dolor regresó haciéndole gritar.  Sus captores se detuvieron y el destructor se le acercó.

- Veo que has despertado y supongo que ya descubriste tu nuevo estado, no hay forma de que puedas usar ninguna de tus habilidades ya que fui yo quien te las quitó y solo yo podré devolvértelas, será mejor que camines a partir de ahora - Storm se puso de pie y se quedó ahí mirándolo con gesto desafiante y con rabia pues había comprendido que efectivamente no podría huir sin sus poderes.  El grupo reinició la marcha mientras que el destructor notó que Storm no se movía, entonces se acercó a él y el dolor nuevamente comenzó pero esta vez sentía como su cabeza ardía casi a punto de estallar lo que lo obligó a tirarse al suelo,  cuando pensó que no podría soportarlo más y que se desmayaría nuevamente, el dolor cesó. -Será mejor que te levantes y sigas caminando o me encargaré de que no recuperes la conciencia hasta que lleguemos al campamento, aunque claro, es posible que tampoco recuperes el habla o el movimiento como consecuencia de lo que te hago; y personalmente prefiero escuchar tus gritos -

Storm se levantó y comenzó a caminar en parte intimidado por lo que acababa de suceder y por otro lado sentía curiosidad por saber la razón por la cual no lo habían matado aún, al contrario de lo que siempre hacían con aquellos que caían en sus manos.  Sabía que el arma no había sido destruída, lo que significaba que Everest aún existía.  Comenzó a buscar por todos lados esperando encontrarla pero no había ni rastro de ella. - No la encontrarás allí, humano, jamás la verás hasta que sea demasiado tarde como para salvar a mi hermana.

A medida que iban caminando se abrían paso entre los árboles hasta las ruinas de una ciudad.  Lo primero que Storm notó era que la niebla tóxica rodeaba la ciudad sin penetrar en ella, luego vio pequeños grupos de humanos  dispersos por el lugar,  al parecer los usaban como sirvientes y llegados a cierta edad eran transformados en fantasmas.  Esto no era muy difícil de adivinar teniendo en cuenta que los ataques a las fortalezas no había disminuído con el paso de los años sino que, por el contrario, aumentaban.  Aunque ya sospechaban de algo así nunca habían podido confirmar sus sospechas, pero ahora Storm lo podía ver con sus propios ojos.
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Fue llevado al interior de una vieja bodega, observó que en las paredes habían mujeres encadenadas, totalmente desnudas y con señas de haber sido golpeadas brutalmente; también vió a uno que otro hombre, con sus músulos a simple vista, sin nada de piel, algunos al parecer ya habían fallecido pero otros agonizaban.  En el centro de la habitación había una mesa con extraños instrumentos, unas cadenas colgaban del techo, allí lo encadenaron.  Pasaron horas hasta que el cansancio hizo que se durmiera.

Storm soñó que se encontraba en el bosque en donde había crecido, un profundo silencio reinaba en le bosque y a lo lejos escuchaba los gritos de una mujer pidiendo ayuda, corrió atravesando el lugar y cada vez escuchaba aún más cerca los gritos hasta tenerlos a unos pocos metros, pero por más que buscaba no podía ver nada; entonces despertó y continuó escuchando los gritos a través del lugar y al abrir sus ojos lo que vió fue peor que lo que había imaginado al soñar.  El destructor tenía a una mujer de no más de 20 años encadenada cerca a él, estaba golpeándola con un látigo mientras ella gritaba de dolor, sus ropas, ya desgarradas por los golpes, estaba ensangrentadas en el lugar en que haian contacto con sus heridas.  Tras algunos minutos se acercó a ella y arrancó sus ropas dejándola totalmente desnuda luego lamió una profunda cortada en su cara y procedió a violarla.  La chica gritaba profundamente hasta que poco a poco sus gritos se fueron convirtiendo en sollozos.

-Ahh, me encanta el sabor de la sangre virgen, aunque claro, ahora ya está arruinada y viva ya no me sirve para nada.- Tomó a la chica por el rostro y ésta se prendió en fuego, comenzando nuevamente con los gritos, esta vez más fuertes que los que ya había escuchado anteriormente, luego la vió transformarse en una banshee, con sus gritos aún más fuertes, un cuerpo calcinado, sin voluntad, mitad espíritu, mitad carne corrupta, ahora al servicio del ser que la había transformado.-Esta me servirá bien, gritó justo hasta el momento de su transformación, mientras mayor sea el dolor que pueden soportar antes de desfallecer y más fuertes sus gritos, mayor el poder que pueden desencadenar.-  Después de esto se marchó.

Storm seguía pensando en lo que acababa de suceder y ya tenía una ligera sospecha de lo que planeaba hacer con él y la razón por la cual no lo había matado.  Al ser un guardián de Everest su poder y resistencia eran aún mayores que la gente normal y so el destructor lograba corromperlo tendría un arma muy poderosa a su favor.
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Storm abrió los ojos.  Habían  pasado ya varias horas desde que cayó en la inconsciencia, su captor llevaba ya varios días torturándolo, la sed era insoportable y no estaba seguro de si podría resistir mucho más tiempo en esa situación.  Con el pasar de los días había descubierto la profunda crueldad que albergaba Phobos, como se hacía llamar el destructor, algunas veces torturándolo físicamente, otras, haciéndolo observar la forma en que torturaba a sus otras víctimas.  La se era insoportable y no estaba seguro de poder resistir mucho más tiempo en esa situación.  Lo vió acercarse con un hierro fundido, sus ojos brillsbsn con profunda ira;  el secreto de los destructores no era necesariamente una gran fuerza sino una gran inteligencia para persuadir a sus enemigos, una crueldad inigualable y uno que otro don sobrenatural.

Phobos puso el hierro al rojo vivo en el pecho en carne viva de Storm, el agudo dolor que le atravesó lo hizo lanzar un fuerte gruto; en sus pensamentos aún llamaba a su valquiria pero desde que había sido capturado no había vuelto a escucharla en sus pensamientos, permanecía en silencio, le había abandonado.  Una nueva punzada de dolor le atravezó el vientre y al entreabrir los ojos vió la sangre correr profusamente de una herida en su abdomen.  Phobos era un maestro de la tortura, llevaba varios días inflingiéndole múltiples heridas y aún así, seguía vivo.

-Acepta de una vez unirte a mi ejército, no volverás a sentir dolor alguno y todo esto terminará, de lo contrario, pasarán semanas antes de permitirte morir y cuando eso suceda tomaré tu cadáver y te convertiré en mi sirviente, un cuerpo sin alma, sin voluntad, siguiendo mis órdenes;  de una u otra forma es la muerte lo que recibirás al final, la única diferencia será la cantidad de dolor que soportarás antes de que eso suceda.-  Fue allí cuando se volvió a desmayar y por primera vez en mucho tiempo, la escuchó; era casi un murmullo pero la voz era inconfundible, era ella... - Escúchame antentamente pues no tengo mucho tiempo, debes robarle el arma y para lograrlo tendrás que resistir aún mucho más dolor del que hasta ahora has sentido, él intentará transformarte en su sirviente, cuando esto suceda podrás hacerlo.  Entonces yo seré libre-.

Cuando abrió los ojos vió a Phobos acercarse con una gran furia en su mirada -Así que mi hermana pudo localizarte, veamos si puede localizar tu cadáver-  dicho esto, tomó un cuchillo de la mesa y realizó un profundo corte en el pecho de Storm, la sangre empezó a manar a raudales y fue esta misma sangre que Phobos tomó en una copa y bebió, luego pronunció unas palabras en un idioma incomprensible.  Storm sintió que su pecho ardía en fuego y luego todo su cuerpo fue envuelto en llamas, el dolor era tan profundo que no pudo evitar gritar de dolor, luego todo desapareció, el dolor se fué, el hambre y la sed también desaparecieron, se sintió tan ligero con el aire, al abrir los ojos miró a los de Phobos, deseando poder estar frente a él y hacerle pagar por todo lo que le había hecho; en ese instante apareció frente a Phobos, tomándolo por sorpresa, entonces sintió la presencia del arma, contenida en la mano derecha de Phobos,  Storm la tomó con sus manos y desapareció.

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